Vamos en este post con la segunda y última parte de un tema escasamente abordado en la literatura de formación táctica: la protección de la cabeza en los grupos operativos policiales. Un trabajo global, abarcativo, que le encargué especialmente a Oso (experto en armas del centro de entrenamiento Self Defense Tactical Training División). Habrá más trabajos de Oso, de hecho estamos ajustando un servicio de consultas técnicas que habremos de implementar en los próximos días (esten atentos). Aprovecho la oportunidad para desearle a Oso un excelente termino de jornada en el día de cumpleaños. ¡Feliz cumpleaños, estimado!
Los diseñadores de armas y protecciones, y sobre todo el operador que los emplea, han sido puestos a prueba como pocas veces en la historia a partir de la caída del Muro de Berlín y posterior apertura del bloque oriental europeo. Razones y consecuencias de este hecho acaecido en 1989 son, por ejemplo, la expansión de las organizaciones mafiosas de origen eslavo (rusas, albanesas, ucranianas, etc.), que se caracterizan en que muchos de sus miembros son ex militares y en la utilización preferente de armas largas de ciclo automático. También el fenómeno de la globalización favoreció la aplicación de otros métodos y técnicas que llegado el caso se plantean en un marco de desobediencia civil (producto de concentraciones, marchas, cortes de vías de comunicación terrestres, tomas de edificios, etc.). A partir del 11 de septiembre de 2001, con el atentado a las Torres Gemelas, se sumó otra amenaza más latente y peligrosa: el terrorismo fundamentalista.
Luego de esta introducción, vamos con una descripción de empleo y características de equipamiento destinado a la protección de la cabeza del operador.
Cascos.
En las unidades de contención o antitumulto (también conocidas como pacificadores) los cascos son del tipo antimpacto y se caracterizan por ser de materiales como policarbonato, polímeros o en algunos casos aluminio. Todos presentan visores protectores faciales de policarbonato con un espesor de 4 mm. aproximadamente, y en algunos presentan protección para el cuello o nuca. El peso de estos elementos no supera, por lo general, los 1.500 gramos. El revestimiento interior es el corazón del casco porque por más resistente que este sea, si no tiene capacidad de disipación o amortiguación del impacto este va a convertirse en una caja de resonancia (el problema que, por ejemplo, tiene el casco M1 en funciones antitumulto), de ahí que la mayoría presenta una capa de material absorbente (por ejemplo, telgopor o goma) entre la capa externa y el forrado interno que tiene contacto con el operador.

Casco antitumulto de la Policía Federal Argentina (PFA).
Los cascos balisticos presentan una gran diferencia en modelos, materiales y tendencia de uso según la nacionalidad de los operadores. Los materiales son comúnmente fibrosos sintéticos (kevlar, twoaron, etc.) y metales (aceros y titanio). Los materiales fibrosos son los que al impacto del proyectil disipan la energía cinética y forman el típico hongo. Los metálicos pueden productir rebotes y tienden a abollarse cuando son impactados). Con respecto a su empleo, los elementos y operadores de los famosos SWAT estadounidenses utilizan cascos de kevlar en muchos casos antifregmentacion de origen militar ,mientras que los grupos europeos utilizan cascos balísticos que, según el grupo, tienen sus propias especificaciones (por ejemplo, el GOE español usa de titanio mientras que el GSG 9 alemán usa de twaron y posee integrado el equipo de comunicación). En todos los casos su cubierta interior es igual a los antitumulto.

El Personnel Armor System for Ground Troops (PASGT) es un casco, hecho de kevlar, usado por muchos grupos operativos tácticos en el mundo.

Miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de España con sus cascos de titanio.


Dos tomas en las que se puede apreciar el casco del GSG 9 alemán, que incorpora en su estructura auriculares que forman parte del equipo de comunicación.
Si bien los cascos balísticos cumplen con la función antitumulto, hay que tener en cuenta que las unidades especiales llegan, irrumpen y se van, mientras que las unidades antitumulto hacen permanencia en las zonas de operaciones por lo cual el peso es lo que los limita para estos menesteres.
Máscaras y balaclavas.
En primera instancia estos elementos eran utilizados como medio de protección o para impedir la identificación de los operadores, pero a medida que fue pasando el tiempo se dio paso a otro tipo de uso como la protección inifuga, acción psicológica o en función de brindar abrigo.
Inifugos: generalmente de nomex, material que retarda el accionar de las llamas.

De abrigo: son los que protegen al operador de las inclemencias climáticas (actualmente las balaclavas de goretex están siendo usadas en lugares con climas extremos).
En el campo de la acción psicológica es muy usado en países o regiones donde, por herencia cultural o religiosa, pueden afectar el potencial de combate del circunstancial objetivo al ver un encapuchado (a veces con dibujos intimidantes de calaveras o rasgos demoníacos).

Las máscaras, por su parte, son del tipo hockey y presentan protección balística. Por lo general son de kevlar con una placa antitrauma interior.

Protecciones visuales.
Vienen con formas de anteojos o antiparras, protegen contra destellos, fragmentos, emisiones láser, polvo, rayos UV y hay modelos balisticos que se caracterizan por ser sumamente livianos. En su mayoría son de policarbonato y existen algunos similares a máscaras para buceo, que poseen pequeños filtros de aire para la nariz (de uso semejante a una mascara antigas pero limitado en el tiempo, dada la corta vida útil del filtro).


Este operador militar usa lentes balísticos marca Gentex.
En conclusión, las protecciones de cabeza tienen como concepto de evolución el mismo que tuvieron, por ejemplo, los castillos y los cañones (a mayor calibre o mejor munición, más gruesas las paredes o distintos materiales de construcción). Pero, sin dudas, independientemente de la importancia de los materiales y modelos del equipamiento destinado a proteger la testa del operador táctico, lo que marca una diferencia clara a la hora de la verdad es el entrenamiento, la preparación del hombre.
Entrena duro, duro. Combate facil, facil.
Autor: Oso (Operador SDTTD – Encargado del Area Capacitación en Armas y Logística Operativa).